18 de noviembre de 2015

El pequeño libro rojo

El pequeño libro rojo / Philipps Brasseur
Editorial: Océano Travesía
Año: 2011, 1a ed en español (original 2008)
28 p.
Por N. Escalante

El pequeño libro rojo no es exactamente otra versión de Caperucita Roja sino que es una parodia irreverente sobre el  libro como objeto valioso y la historia por todos conocida de Caperucita Roja. En esta obra el protagonista es el “libro rojo” aunque con un final no tan feliz.

El autor nos ofrece dos historias paralelas: en las páginas pares nos presenta la historia de una ratoncita maestra que enseña a los ratoncitos como debe tratarse un libro emulando un poco la idea de que a los que les gustan los libros son reconocidos como ratones de bibliotecas. En las páginas impares se cuenta otra historia, aquí aparece la pequeña Caperucita Roja un poco diablilla que debe llevarle un libro a su abuelita, en el camino manipulara el libro de diversas maneras (podríamos decir que hasta de formas muy provocadoras).


En cuanto a los elementos plásticos de nuestra obra no son casuales los colores utilizados, el rojo se apodera de ella desde su simbología hasta en la ilustración y diseño. Los demás colores usados no compiten ni le quitan preponderancia. El rojo está asociado con diferentes sentimientos como coraje y valentía, y fuertemente ligado a la pasión y el amor. También está relacionado con advertencias o peligros. Muchos de estos sentimientos están presentes en este libro aunque podemos destacar al rojo como símbolo de la pasión por los libros.

Es un libro para experimentar, no se puede simplemente describir. Introduce la idea de hacer otra cosa con el libro además de leer. Atendiendo a las publicaciones de Brasseur y sus inquietudes resulta evidente su interés por el desarrollo de la creatividad.

Por otro lado, haciendo uso de la gran fuente de información que nos proporciona internet observamos que existen infinidad de libros rojos en distintas áreas o temas, lo que todos tienen en común es ser el libro guía sobre esa temática, por ejemplo: Libro Rojo (Jung), El Libro Rojo de las Niñas, El libro rojo de las especies amenazadas, El pequeño libro rojo del activista en la red, El libro rojo de la publicidad, etc. Esta idea de guía de uso o libro guía la podemos relacionar con la escena de la maestra ratona que enseña a sus pequeños ratoncitos el tratamiento que debe darse al objeto libro.
Siguiendo con esta revisión de los libros rojos de la historia no podemos obviar el Libro Rojo de Mao, nos permite pensar que Philippe Brasseur no es inocente al querer emparentarlo con un libro revolucionario. El pequeño libro rojo nos interpela en cuanto a la relación que establecemos con los libros y lo que les trasmitimos a nuestros chicos. Es destacable el anclaje que establece la cita inicial:

"El único verdadero poder revolucionario es el poder de inventar" J. Beuys


Estas palabras que introduce el autor nos  llevan a advertir que quizás nos esté invitando a pensar en los libros no como objetos valiosos que debemos venerar y cuidar sino en el verdadero poder revolucionario que encierran que es la creatividad y el impulso a la imaginación.
Poniendo atención a  las ideas de este artista, Joseph Beuys, vemos que él consideraba que las obras de arte eran efímeras como la vida. Por ello nunca quiso crear obras para la eternidad, sino obras que dieran impulso a la reflexión. Volviendo al pequeño libro rojo de Brasseur podemos considerar que el autor tomó ese pensamiento y lo aplicó al  libro por eso se permite establecer ese final para ese objeto sin considerarlo una herejía.

Aquí podemos introducir las palabras de María Teresa Andruetto que considera a la lectura como un camino de libertad: "[…]Pero se trata no de algo dado de una vez y para siempre sino de un camino, porque no es ya en un libro o en una acción sino en el tránsito, en la precariedad de lo que está dejando de ser para convertirse en otra cosa, en ese río del tiempo que va de una palabra a otra, de un libro a otro, de un gesto a otro, donde se aprende y donde se enseña. Podemos ofrecer libros y diseñar estrategias de lectura, pero servirán de poco si desarticulamos la capacidad de disparar la letra, si desactivamos su cualidad de transformarnos, de incomodarnos, de hacernos pensar".

Luego de la experiencia del Pequeño  libro rojo llegamos a la conclusión de que al final el libro nos salva.


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